jueves, 25 de julio de 2013

¡Bienvenidos a nuestro pequeño rincón en el mundo!

Antes de introduciros un poco en nuestro espacio, explicaré nuestra historia.
Todo comenzó recién estrenado el año dos mil... no, va, en serio. Hace muchos años que pintamos camisetas a mano, a nuestra manera, nuestro estilo. Mi madre me enseñó a pintarlas y mírame, aquí estoy; la aprendiz se convierte en el maestro... o eso dicen.
Cuando era pequeña mi madre nos pintaba todo tipo de cosas, desde zapatillas de tela, hasta vestidos, camisas o camisetas. A toda la familia. Me era muy corriente llevar ropa con motivos de Disney, y la verdad es que me encantaban, eran mis prendas favoritas. Con el tiempo empezó a dejar de pintar, ya fuera porque no tenía tiempo, ya fuera porque no tenía ganas. El caso es que todo esto comenzó de nuevo hace año y medio más o menos, cuando tuvo problemas de espalda que la incapacitaron para trabajar.
Estábamos cambiando los muebles de casa cuando comenzaron a aparecer "obras artísticas" de su época dorada, tanto a punto de cruz como pintadas. A ella es que siempre se le han dado bien los trabajos manuales, en el sentido más estricto de las palabras.
Dada esta incapacidad momentánea para moverse, y ya sea dicho, casi para estar quieta; comenzó a coser a punto de cruz y a pintar de nuevo, y como ya era yo lo suficiente responsable como para no meterme la pintura en la boca, empecé a hacerlo junto a ella.
Empezamos con el punto de cruz, yo con mi pequeño piolín y ella con sus manteles y sus cuadros. Pero una termina cansándose de pincharse los dedos constantemente, así que tras encontrar (muy oportunamente) camisetas a medio terminar, empezamos a cambiar la aguja por el pincel.
Y así, camiseta a camiseta, regalo a regalo; comenzamos a tratar de vender nuestro peculiar arte. Ciertamente hemos vendido un par de camisetas, aunque hemos regalado un centenar de ellas. A la gente le gusta, en realidad, pero entre conocidos no se suelen hacer muchas ventas, así que, ¿por qué no llevarlas a un nivel nacional (o internacional, si algún día prospera) por medio del único lugar en el que la publicidad es gratis? Exacto, Internet.
Y aquí es donde entro yo plenamente. La verdad es que mi madre empezó a darse la baja con esto de las camisetas hace algunos meses, cuando ya le dolía hasta estar sentada; y yo le cogí el relevo. Llevaba ya un tiempo pintando yo misma las prendas cuando decidí que era hora de empezar a convertirlo en algo fructífero para mi propio bolsillo... Aunque siempre he hecho esto de pintar por amor al arte, pues nunca lo hice con ánimo de lucro. Me encanta hacer esto y siempre pinto camisetas con una gran sonrisa cortándome la cara.
Es cierto que toma su tiempo, algunas camisetas pueden tardar horas, días o semanas; pero al final siempre vale la pena. Siempre. Es divertido, y lo mejor de todo es diseñarlas. Porque yo no me limito a buscar un dibujo en Internet (como hacíamos antes) y plasmarlo en una camiseta. A mí me gusta subir un peldaño en la originalidad y diseñar mis propias camisetas.
En fin, aquí os dejo relatada parte de nuestra historia familiar con respecto a las camisetas y demás trapillos a pintar.
Espero que os haya gustado la introducción, el blog, y la idea en general; pero sobre todo, espero que volváis.










No hay comentarios:

Publicar un comentario